Parece que se está creando una especie de compromiso dentro del grupo Vadebacus, que lejos de causar obligaciones a quien le toca, hace que se ponga (nunca mejor dicho) toda la carne en el asador.
Ya sea con más espacio o menos, las reuniones se acontecen últimamente a buen ritmo, con grandes manjares de fabulosa factura, acompañados de los mejores vinos votados al dedillo para redondear la faena.
En esta ocasión bastante fauna marina pasó por la mesa en cuestión, dejando un muy buen sabor de boca a los anfitriones del evento, pero sobretodo, a los humildes invitados que disfrutamos de lo lindo con tan buena predisposición y mejor compañía.
El almuerzo comenzó con un picoteo variado donde no faltó una buena ración de pulpo a Feira de buena factura, salmón marinado con eneldo y aceite de trufa blanca (próximamente será objeto de una entrada completa) y una curiosa y original conserva de paté de oricios de marcado carácter marino.
Y para que no se diga, el primer plato vino siguiendo la línea comentada anteriormente, un pastel de salmón que hizo la delicia de los allí sentados.
Resultó una muy buena combinación con el vino que teníamos preparado para el momento, Gatinois Brut Rosé. Anteriormente se había comentado que a este Champagne le hacía falta un tiempo de reposo y tranquilidad. Pues si! Ahora mismo resulta 100% convincente, totalmente satisfactorio.
Ya sea con más espacio o menos, las reuniones se acontecen últimamente a buen ritmo, con grandes manjares de fabulosa factura, acompañados de los mejores vinos votados al dedillo para redondear la faena.
En esta ocasión bastante fauna marina pasó por la mesa en cuestión, dejando un muy buen sabor de boca a los anfitriones del evento, pero sobretodo, a los humildes invitados que disfrutamos de lo lindo con tan buena predisposición y mejor compañía.
El almuerzo comenzó con un picoteo variado donde no faltó una buena ración de pulpo a Feira de buena factura, salmón marinado con eneldo y aceite de trufa blanca (próximamente será objeto de una entrada completa) y una curiosa y original conserva de paté de oricios de marcado carácter marino.
Y para que no se diga, el primer plato vino siguiendo la línea comentada anteriormente, un pastel de salmón que hizo la delicia de los allí sentados.
Resultó una muy buena combinación con el vino que teníamos preparado para el momento, Gatinois Brut Rosé. Anteriormente se había comentado que a este Champagne le hacía falta un tiempo de reposo y tranquilidad. Pues si! Ahora mismo resulta 100% convincente, totalmente satisfactorio.
Curiosa nariz algo cerrada, que hasta el día siguiente no se decidió a dejar oler frutillos rojos. ¡Buena evolución en todo caso!
Una porción de ternera hizo el disfrute del siguiente invitado a la copa, Campo Eliseo 2001 proveniente de la D.O. Toro. Curioso caldo realizado por Didier Belondrade y Michel Rolland, con la típica fuerza y terruño de su D.O. pero con un marcado carácter afrancesado, sin altas maduraciones de la tinta de Toro y sin la evidencia de su alcohol (13,5º).
Muy largo y de marcado carácter silvestre, devuelve aromas de cedro, piel de uva y dejes de regaliz.
A esas alturas de la reunión, con nuestros estómagos y pituitarias rozando su límite físico, apareció en escena una coca de hojaldre artesano rellena de manzana que realzó los ánimos de los comensales a su estadio más primigenio. Gula casi.
Gessinger Zeltinger Schlossberg Eiswein ´90 puso su golpe de efecto transportándonos a ese paraíso llamado Mosel.
Gessinger Zeltinger Schlossberg Eiswein ´90 puso su golpe de efecto transportándonos a ese paraíso llamado Mosel.
La boca no tiene explicación, sensación de dulzor y acidez se mezclan creando un paso de boca realmente sugestivo. Termina con un punto amargo muy, muy cachondo (perdón por la expresión, sale sola).
Sumamente largo y condicionado -como todos los rieslings- a su temperatura.
Y eso es todo, mención aparte para los licores (destilados por el propio anfitrión) que corrían mesa arriba, mesa abajo sin destino fijo, ni nadie que pudiese recrearse más con ellos.…
2 comentarios:
Decir que la palabra compromiso va ligada a un cierto contrato aunque sea verbal o así lo interpreto yo.
No fue este el caso, únicamente el interés por pasar un buen rato y disfrutar de ricos vinos.
Ojalá se repita.
No, no, no amigo Carlos. No malinterpretes las palabras que ya sabes que mi fuerte no es expresarme con ellas.
Cuando digo textualmente: "una especie de compromiso", me refiero a que es algo parecido a un compromiso, pero para nada obligatorio ni retornable. No sé si me explico...
En fin, lo que si sé es que lo pasamos genial, como no, así da gusto!! :))
Viva el vino y nuestras mujeres!
Que se repita en breve, claro que si!
OG
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